Pocas veces nos ponemos a ver la belleza de lo inhabitable, esas cosas que talvez se vean sucias, dañadas y asquerosas pero encierren el esfuerzo de algunos pocos, la necesidad de algunos y la felicidad de otros.
Pocas veces nos detenemos a decir gracias, talvez no a las personas, sino al entorno, a ese ser inerte con alma.
GRACIAS
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